Durante la época de la Confederación, el tango se bailaba entre criollos, gauchos rioplatenses, marineros, indios, negros, y mulatos. Según la opinión de Jorge Luis Borges, el origen del tango hay que buscarlo en el barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires.
Durante el
Siglo XX el tango recibió influencias de valses austríacos; de pasodobles y zarzuelas
hispanas; de bailes de origen escocés; de habaneras cubanas; de polkas y
milonga criollas; siempre con una base de
ritmo sincopado y candombero, propio de los
inmigrantes africanos.
El sonido del bandoneón (un instrumento de origen alemán) se incorporó como algo imprescindible a pianos y guitarras criollas, contrabajos y violines. En los barrios de Buenos Aires surgió el "tango arrabalero" que bailaban, en los suburbios, hombres y mujeres con los cuerpos fuertemente abrazados. Esa danza escandalizó a la sociedad de la época.
El sonido del bandoneón (un instrumento de origen alemán) se incorporó como algo imprescindible a pianos y guitarras criollas, contrabajos y violines. En los barrios de Buenos Aires surgió el "tango arrabalero" que bailaban, en los suburbios, hombres y mujeres con los cuerpos fuertemente abrazados. Esa danza escandalizó a la sociedad de la época.
La primera grabación eléctrica de Carlos Gardel fue
registrada en Barcelona, el 26 de diciembre de 1925, con el tango de Eduardo
Bonessi y Enrique Dizeo “Echaste buena”.
La larga década del cuarenta está considerada como la edad
de oro del tango, un momento que refleja su masividad y calidad. La declinación
del tango en los años sesenta coincide con el ascenso del folklore, del pop y
del rock.
La edad de oro del tango coincide con la llegada del peronismo
a la Casa Rosada. Muchas figuras del tango adhirieron públicamente a ese
movimiento político: Homero Manzi, Enrique Santos Discépolo, Hugo del Carril, Aníbal
Troilo, Francisco Canaro, Nelly Omar y el recientemente fallecido Mariano Mores.
Los años '40 fueron el tiempo de las grandes orquestas, de
los bailes populares y multitudinarios de tango, con orquestas en vivo y su
difusión masiva por intermedio de la radio, del disco y del cine. El tango era la música y el baile de toda esa
generación. Se oía tango en decenas de cafés y cabarets y se bailaba en
confiterías, clubes, sindicatos, salones y carnavales.
Durante los años sesenta el compositor marplatense Astor
Piazzolla renovó el sonido del tango incorporando elementos del jazz moderno a
sus obras.